Empezó la búsqueda desesperada; me sentí un poco desorientado, buscaba algo; no sabía qué era, solo sentía que algo me faltaba. Así que traté de buscarlo en todas partes, en todas las personas, en varios países y nada resultó. Después me desanimé y busqué un poco más abajo, consumiendo algunas sustancias en repetidas ocasiones y para mi sorpresa; tampoco lo encontré.
No sé por qué eso me llevó a volver a empezar. En Albalá no hice nada pero curiosamente ahora busco con alegría. Parece que encontré lo que me hacia falta en las sonrisas, en el día y en la noche, es decir, me encanta buscar, así que tal vez sí hice mucho en mi paso por Albalá, creo que encontré una brújula que siempre señala a mi corazón, la cual a veces olvidaba usar, ya la tengo; así que siempre vuelvo y la miro.
En fin puede ser muy sencillo o muy complejo describir Albalá pero es mejor que cada uno tenga la oportunidad de vivir su propia experiencia.
Yo solo puedo decir que estoy muy agradecido y que sí existe una Segunda Oportunidad.
Así que si sientes que te falta algo busca tu brújula, ya sabes a dónde puedes ir.