Escribo esta carta para agradecerles todo el apoyo incondicional que le dieron a mi mamá y a mí, quiero contarles que fue una experiencia muy enriquecedora, me siento un ser privilegiado por haber tenido la oportunidad de ir a Albalá.
Pensé haber perdido el sentido de mi vida, no quería seguir con ese gran sufrimiento, estaba cansado del excesivo consumo que me llevo a la locura. Pude recuperar mi vida, sanar el pasado que inconscientemente tanto me atormentaba, hacer las paces conmigo y con el universo, aceptarme tal y como soy, descubrí la belleza de la vida, pude darme cuenta de todo lo que me estaba perdiendo, lo lindo que es vivir. Ahora estoy gozando el proceso de la vida, honrando el momento aquí y ahora que es lo único que tenemos, dando lo mejor de mí con todo el amor que me es posible. Todo esto no hubiera podido pasar sin el apoyo de ustedes, unas personas con un gran corazón y por esto estoy inmensamente agradecido.