Para mí hablar de lo que era mi vida antes de conocer Albalá es como hablar de un pasado que ya no existe, o que ya veo demasiado lejano, de pronto porque aprendí a verlo como testigo, o solo porque perdoné, simplemente sé y entiendo que eso ya no soy yo.
Antes de empezar lo que ahora veo como El mejor regalo que me han dado, mi vida era una constante angustia, vivía con miedo; la depresión, la melancolía y las ganas de autodestruirme eran las motivaciones de mí día a día. Me la pasaba buscando maneras de evadirme, no solo con sustancias como las drogas y el alcohol, sino con personas, lugares, y todo tipo de cosas externas.
Llegué al punto de no aguantarme, ya no disfrutaba de mi propia presencia y el estar conmigo era solo una excusa para alimentar mi más grande adicción que era: la adicción al sufrimiento.
El 28 de Julio del 2008 me encontré con lo que nunca pensé iba a ser el fin no solo de esta adicción sino de la gran mentira que llevaba viviendo hasta ese entonces. Y también fue el comienzo de una vida de verdad. Ahora hablo solo de mi propia experiencia, solo sé que cuando me entregué y me derroté, empezó mi vida y con ella los momentos más mágicos que he vivido. Puedo decir que en Albalá morí y volví a nacer, en Albalá sembré la semilla del amor que ahora es mi estilo de vida y como muchísimos otros en Albalá aunque no es un programa religioso- conocí a Dios. AHORA renazco a cada instante, AHORA vivo por mí y para mí. Busco mi bienestar, y actuó de acuerdo a lo que me dicta mi corazón. Trabajo todos los días para seguir cultivando esa semilla y para ser cada día una mejor persona. En Albalá construí el comienzo de una vida llena de felicidad, de paz, y de cosas buenas. AHORA cumplo mis sueños. En Albalá aprendí que cada inhalación es un regalo de Dios. Agradezco todos los días a las personas que me ayudaron a darme cuenta de lo que yo soy capaz. AHORA soy consciente y sé que el sufrimiento es una elección. Yo elegí Respirar y Vivir. Creo que nunca voy a dejar de agradecerles por todo lo que hicieron, por todo lo que han hecho y por lo que siguen haciendo por mí y por todos. ¡Ya son mi familia!
Gracias.